Pasé el resto de la mañana guardando mi ropa en el armario de una habitación, que estaba frente a la suya. Al ser la única vacía, imaginé que allí sería donde dormiría.
Luego, me dispuse a limpiar su habitación. Nunca había entrado todavía...
Abrí la puerta, y su perfume varonil invadió mis fosas nasales.
El cuarto tenía algunas paredes azules y otras blancas. Su cama tenía sábanas blancas, un acolchado azul y varios almohadones, era la más grande que había visto en mi vida.
También, había una ventana que daba al jardín interno, un armario blanco y un escrit