P.O.V. Adrien

Ese silencio que se hace entre nosotros solo incrementa mi desesperación, aunque en cierto modo también confirma mis sospechas.

—Dime, Casandra, ¿Eileen está embarazada?

—¿Por qué me preguntas a mí? Ve y pregúntaselo a ella.

—Si supiera dónde está, iría a preguntarle. Pero sé bien que tú conoces la respuesta.

—Además, ¿qué ganas con saberlo si tú ya tienes a tu prometida?

—Todos ustedes solo han juzgado sin conocer la verdad.

—¿Cuál verdad? ¿La verdad de que le mentiste a mi amiga solo para jugar con ella? Y yo que tanto te elogiaba.

—Todo lo hago por el bien de Eileen.

—¿El bien? Si hasta le dijiste que solo fue un juego para ti. Perdiste todo con ella, incluyendo lo que lleva en su vientre. —Veo cómo Casandra se tapa la boca, pero ya es demasiado tarde.

—Entonces, sí está embarazada.

—Pero no es tuyo.

—Deja de mentir, Casandra. Sé que es mío, porque Eileen solo es mía.

—Dime, ¿qué va a cambiar con respecto a tu prometida?

—Respóndeme algo, C