05. Ahora o nunca

Llevamos más de una semana con coqueteos intensos, video llamadas, conversaciones sobre nuestras metas y sueños. Cristian es un cinéfilo empedernido, es fanático de la saga de Indiana Jones, por lo que hemos hablado mucho sobre películas y música. Es demasiado “querible” y como soy una romántica encubierta en estas capas de chica ruda, heavy metal y sarcasmo, nadie se ha enterado, además es guapo, tiene un trabajo estable, le gusto… ¿qué podría salir mal?

Es viernes por la noche y hemos quedado de juntarnos mañana en la tarde en el cine para ver alguna película de la cartelera.

Le he hablado tantas maravillas de este hombre a mamá, que no ha sido necesario darle tanta vuelta para que me deje salir con él, aunque regresar a casa a las nueve de la noche, sigue siendo una de las reglas con la que no puedo negociar

Es ley —Pienso mientras me acuesto pensando en él.

He llegado hace unos minutos al cine, pero me puse en un lugar estratégico para que no me vea, no quiero que sienta que estaba desesperada por volver a verlo, aunque así sea. Creo que es el momento de que él sea quién espere por mí.

Unos minutos después lo veo aparecer cerca de la boletería, mirando de un lado a otro buscándome, avanzo sigilosamente desde su punto ciego, para taparle los ojos desde atrás, por lo que debo ponerme en puntas de pies a pesar de los botines con tacón que llevo puestos, y sin esperarlo toma mis manos suavemente, se gira para quedar frente a mí con su cara a solo unos centímetros de la mía y mis brazos colgando de su cuello.

—Y ahora creo que yo te encontré a ti —digo casi como un susurro.

Se acerca a mis labios y me besa suavemente, se aleja para mirarme a los ojos y vuelve a besarme intensificando el beso, acercándome a él con su mano en mi nuca y siento como el tiempo se detiene.

—¿Qué tal tu día, linda? —dice, sin deshacer el abrazo.

—Creo que ha mejorado bastante —digo coqueta sin evitar sonreír—. ¿Y tú cómo estás, Cris?

—Mucho mejor, ahora que te he encontrado —Niego con la cabeza mientras alza una de sus cejas.

—Esta vez he sido yo quien te ha encontrado —Le guiño un ojo y me besa casi con desesperación, por lo que pongo una de mis manos en su mejilla y con la otra acaricio su cabello suavemente.

—No tienes idea cuánto deseaba volver a besar tus labios —dice casi como un jadeo y yo siento que mis piernas flaquean en ese momento. Se aleja un poco y deposita un beso en mí frente—. ¿Tienes idea de lo que quieres ver? —pregunta, cortando el momento que habíamos tenido unos instantes atrás.

—Ehm... no. Tú eres el experto en cine, elige una película que quieras ver —digo animadamente, mientras miramos la cartelera y Cristian elige una película de cine arte de la cual ni siquiera retuve el nombre.

Una vez sentados en nuestros lugares, se apagan las luces y siento su brazo rodeando mis hombros, por lo que lo miro de reojo, le sonrío apoyando mi cabeza en su hombro.

Para ser honesta, no vi absolutamente nada de la película y quiero imaginar que era parte del plan. Cristian comenzó a acariciarme el hombro con la yema de sus dedos, y al poco rato con su otra mano tomó mi barbilla suavemente y me atrajo hacía él, para estampar sus labios contra los míos. Hacíamos pausas de vez en cuando para tomar aire o para mirarnos a los ojos y tratar de leernos en la penumbra. En algunas ocasiones, mirábamos la pantalla, pero al verlo por el rabillo del ojo, nuestras miradas nuevamente se encontraban y volvíamos a besarnos; besos suaves y esponjosos o besos un poco más intensos, de todas maneras, no me quejo.

—¿Y qué te pareció la película? —cuestiona con una amplia sonrisa y una de sus manos rascando su nuca, mientras subimos las escaleras para salir de la sala de cine.

Se ve condenadamente sexy, con los labios hinchados de tanto besarnos, no quiero ni pensar cómo está mi cara en estos momentos.

Le doy un suave empujón, mientras me río y contesto con seguridad,

—Creo que me quedé dormida y tuve un sueño muy vívido con nosotros dos besándonos —contesto lo más coqueta que puedo.

Se gira para quedar de frente a mí y me atrae hacia él, me pega a su cuerpo y mirándome a los ojos me dice,

—Fue tan real, que aún siento tus labios sobre los míos —¡Pellízquenme, que sigo soñando!

Me acerco a sus labios nuevamente, tomo su rostro entre mis manos y antes de besarlo suelto la bomba:

—Me gustas Cris, me gustas mucho —Lo beso y creo que me he inmolado. Cristian me mira buscando respuestas que no sé si pueda darle.

—Y tú a mí, Emilia —Siento mis mejillas arder

¿Podría haber sido más perfecta esta cita? —Me pregunto.

Luego de esas confesiones, fuimos a un happy hour, pedimos unas cervezas y una tabla de quesos y carnes, para picar, donde conversamos sobre nuestros trabajos, de música e incluso, comentamos sobre cosas del chat.

Cuando me preguntó por mis relaciones anteriores, le comenté sobre Francisco y las otras citas que había tenido desde que terminamos nuestra relación. Quiso saber cómo lo hacía con mi mamá y los permisos, por lo que me permití soñar con que, quizás en un futuro, quisiera una relación conmigo y estaba recopilando información para pensar qué hacer.

También me comentó que estuvo en una relación, pero “nada muy formal”, al menos, esas fueron sus palabras y que cuando me “encontró”, no estaba en sus planes tener nada con nadie y fue aquí donde todo lo que pensé antes, se derrumbó ante mis ojos.

Cuando nos despedimos, quedamos en “vernos” por webcam, más tarde por la noche, ya que no tenía planeado salir esta noche.

Unas horas más tarde

Cuando llegué a casa me fui directo a mi habitación. Encendí el computador, me conecté al chat, abrí el reproductor de música, lo puse en modo aleatorio y le di play por lo que comienza a sonar Be quiet and drive de Deftones lo que me hace mucho sentido

It feels good to know you're mine

Now drive me far away, away, away

Far away I don't care where

Just far away I don't care where

Just far away I don't care where, just far away

And I don't care

Cristian: ¡Hola, Emi! ¿Llegaste bien a casa? —No sé si quiero contestarle… creo que la conversación que tuvimos fue como un balde de agua fría.

Después de unos minutos…

Cristian: ¿Estás? —Si, sé que soy un poco bipolar, pero ¿qué puedo pensar después de lo que me dijo?

Emilia: Hola… Llegué bien… ¿y tú? —¡Dios, porqué me hiciste ser tan apática!

Cristian: ¿Pasa algo linda? Estás como ¿distante? —No puedo ser más estúpida ¿verdad?

Emilia: No pasa nada, disculpa si fui un poco pesada. Gracias por la cita de hoy, lo pasé muy bien —Tratando de cambiar el tema ¡Bien, te ganaste un punto Emilia!

Cristian: Espero no sea la última :-S —¿Quéééé?

Emilia: ¿Tendría? —pregunto confundida.

Cristian: No lo sé, como te leí tan distante hace un momento, pensé que… —¿Qué? Tú eres igual.

Emilia: ¿El qué? No pasa nada, creo que me puse sentimental con mi playlist, nada más… Tranquilo, que me sigues gustando igual o más que ayer —Suelto un misil para desatar la tercera guerra mundial.

Cristian: Eso me agrada… es reciproco —Y ahora, ¿qué? No sé qué decir.

Emilia: 8-) ¿Verdad? —pregunto incrédula ¿¡Qué estás haciendo Emilia!? No la cagues, por favor.

Cristian: Claro que sí, linda, o ¿no fueron suficiente besos para demostrar mi interés en ti?

Emilia: Touché. Cristian 1 - Emilia 0  —bromeo, aunque la verdad me dejó sin palabras.

Cristian: jajaajajaj, me ha gustado verte, si bien no te lo dije antes, te veías linda hoy —Vaya, eso no lo esperaba.

Emilia: ¡Oh, Gracias! :-O Tú también —¡Pfff!

Cristian: ¿También me veía linda? :-P

Emilia: jajajaja… Te veías muy guapo, me gusta tu estilo grunge.

Cristian: Gracias, linda :-* Me voy a la cama. Que tengas lindos sueños —Si son contigo…

Emilia: ¡Lo haré, descansa! ¡Besos! —Me desconecto yo primero, para no dejarlo tener la última palabra.

Llevo días dándole vueltas al asunto y esa m*****a frase “cuando apareciste, yo no estaba buscando tener nada con nadie”, que me golpea como una cachetada en la cara.

En un minuto de locura, se me ocurre una estúpida idea que no deja de rondar en mi cabeza, además que la canción que estoy escuchando no me ayuda nada Perfect Drug de Nine Inch Nails.

Abro un borrador en el correo y comienzo a vomitar todo lo que siento por Cristian, lo que espero en un “futuro”próximo con él, le explico que no sirvo para relaciones que no sean formales, que no necesito amigos con derechos, sino alguien que me acepte y me ame. Y que, si está dispuesto a vivir algo así conmigo, se encuentre conmigo el próximo sábado en la estación del metro indicada, a la hora indicada y que, si no llega ese día, daré por entendido que todo quedó hasta ahí. Relleno los campos

Para: Cristian

Asunto: Léeme

Y le doy click a Enviar, es ahora o nunca.

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