Comprendía que la vida podía ser de otra manera si se lo proponía. Eso significaba, renunciar a su venganza y someterse por completo a la voluntad de su prima, nuevamente se enfrentaba a sí misma en una muda lucha de sentimientos encontrados.
No supo que decidir, así que pensó en otras cosas más agradables, no tenía caso amargarse la dicha que estaba disfrutando. Sólo el tiempo y las circunstancias le indicarían el camino que debía tomar, después de todo tenía que darse a sí misma una oportunidad de ser feliz. No importaba como le llegara esa felicidad, simplemente la aprovecharía en cuanto la tuviera.
Sobre todo, si esa dicha que tanto anhelaba vivir le llegaba en la figura de Andrés de la Ronda, por él si sería capaz de renunciar a todo, incluso hasta a su venganza, porque estaba segura que con él podr&iacu