Vítor
Volvíamos al aparcamiento. Por supuesto, ella iba delante, muy sonriente. No puedo evitar decir que está maravillosa. Llevaba una falda larga verde y blanca con una abertura para enseñar esas piernas tan bonitas y un top con tirantes finos y lazos en la espalda, del mismo color que la falda. Con unas sandalias de tacón ligeramente alto. ¡Puse a esa vendedora en su sitio!***
Entramos en la tienda, yo iba delante y ella detrás. En cuanto la dependienta me vio, ¡me dedicó una enorme sonrisa! Era rubia con el pelo ondulado, llevaba un vestido negro con cuello en la nuca y mangas largas, ligeramente abierto en el muslo y pegado al cuerpo. También llevaba zapatillas blancas.
- Buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarle? - preguntó amablemente. Me pregunto si me trata así por mi ropa.- No es por mí, es por esta hermosa m