Isabella durmió tranquila esa noche porque sabía que esa mujer loca que la daño estaba en prisión y al día siguiente buscaría asegurarse de que se quedara en ese lugar para siempre.
Habia quedado de desayunar junto a Dante, así que aprovecho que era temprano para llamar a Elizabeth.
- Hola, buenos días ¿cómo están?
- Nosotros bien, aquí desayunando y tu ¿cómo estás?
- Bien… algo nerviosa, pero lista para seguir adelante de acuerdo al plan.
- Tranquila sé que todo te saldrá bien porque lo has planeado con detenimiento.
- Si… y Roger ¿cómo esta? ¿se ha portado bien?
- Bien es un lindo angelito, ¡ah, cierto! ayer ya no te dije, pero adivina que paso.
- ¿Qué paso?
- Ayer lego una carta para el joven Roger Robinson.
- ¿Ah? ¿una carta?
- Aja parece que un productor vio el comercial en la televisión y le gusto este bello príncipe, así que lo quiere para una película y otros comerciales.
- ¡Que! – gritó asombrada y justo en eso escucho que tocaban la puerta - ah espera un momento Eli – dijo c