La llegada a la clínica fue expedita, Ángela no comprendió por qué Robin exigió ser llevaba al lugar más caro de la ciudad cuando el Hospital Nacional estaba más cerca y poseían buenas instalaciones de traumatología.
Luego se recordó que él no era médico, y probablemente no poseía esa información.
Cuando la bajaron de la ambulancia y el personal de la clínica la recibió, fue enviada a una habitación privada y de lujo. Un doctor, ataviado con una bata tan blanca que cegaba a la vista, empezó a auscultarla de nuevo, mientras una enfermera se apersonó a tomarle una muestra de sangre.
Las preguntas de rigor para determinar si tenía una contusión la bombardearon, alguien cortó su pantalón antes de que ella pudiera decirle a las enfermeras que podía moverse por su cuenta y no era necesario llegar a esos extremos. Gracias a los primeros auxilios de los paramédicos, el dolor agonizante de su pierna se redujo lo suficiente como para poder moverse sin sentir que se par
Saludos, queridas farfallas. Solo voy a dejar un pequeño anuncio. Hice maratón el día de hoy para cubrir los pocos días que faltan de marzo, voy a tomarme solo esta semana para escribir más capítulos y empezar a publicar de nuevo los primeros días de abril, siguiendo la rutina de un capítulo al día. Gracias por leer, y no se olviden de dejar sus comentarios, apenas pueda, responderé cada uno de ellos. ¡Un abrazo!