37-Necesitas ayuda.
Se quedaron mirándose fijamente, ninguno de los atinaba a nada, Fabio quería besarla, abrazarla, decirle cuanto la extrañó, pero de tanto que quería decir, simplemente no dijo nada.
-¿Quieres…quieres cargarla?-le dijo Amelia después de unos segundos de silencio.
—¿Puedo?
—¡Claro! Es tu hija.
Amelia caminó con su pequeña en brazos hasta estar justo delante de el. ¡Dios mío! Cuanto amaba a ese hombre, estar sin él había sido una completa tortura,, se volvieron a mirar a los ojos y dibujaron ambos una pequeña sonrisa de complicidad.
—Ven, siéntate, creo que así va a resultar más fácil para ti-le dijo Amelia indicándole lo que tenía que hacer.
Fabio, como buen estudiante aplicado se sentó y Amelia con sumo cuidado le puso a Fabiana en sus brazos.
—Es…es tan pequeñita-dijo con los ojos aguados-tan perfecta.
Fabiana estaba profundamente dormida, bien abrigada, toda vestida de rosado y blanco.
—Es pequeñita como tú- rió por su propio comentario.
—Es pequeña porque es una b