PDV: Viena
Luego de esa charla que había tenido con mis padres, la cual dejaba claro que para ambos era una vergüenza lo que hacía, subí a mi habitación, se hacía tarde y empezaba a sentir sueño.
Tras haber subido las escaleras de nuevo me topaba con Heather.
—Debido a la velada que tendremos, a la cual desafortunadamente debes asistir, tengo que informarte que nos regiremos por unas normas de vestimenta.
—¿Normas de vestimenta? ¿Y a qué se debe, Heather?
—A que atuendos como el que traes no debes usarlo mañana por la noche.
En vista de lo apresurado que se dio todo no pude cambiarme de atuendo, por ello llegue con el traje corto que a Evan tampoco le parecía prudente que usara.
—Pues, lo lamento, casi todo mi vestuario es como este.
—Más que modelo pareciera que fueses bailarina de club nocturno o una vulgar escort.
—¿Una vulgar escort? ¿Porque te refieres de esa manera a ese oficio que desconoces?
—Porque lo son, prostitutas de mejor élite que las convencionales.
—Que tonta