Valentino es un prestigioso médico cirujano; que dicta clases en una reconocida universidad de medicina. Es un hombre correcto del que nadie sospecharía que tiene las más retorcidas intenciones. Desde que conoció a Mayra se obsesionó por tenerla a su lado al precio que sea, le quitó a su novio, su vida, sus recuerdos. Pero tras diez años después, de infelicidad, ella está dispuesta a buscar la verdad tras conocer a Oliver, un atractivo y misterioso guardaespaldas que pone de cabeza su vida. Una familia perfecta. Un secreto que la mantiene cautiva. Un amor verdadero que no olvida el corazón. Y las mil preguntas sin respuesta, la llevarán a un camino peligroso por recuperar su memoria.
Leer másTras hablar con su novio por largo rato, Mayra se va a la cama feliz acariciando el nuevo futuro que tendrá su relación cuando le dé esa maravillosa noticia al hombre que tanto, ama.
Cuando la mañana llega, su nuevo semblante y ese buen humor no pasa desapercibido para sus padres.—Hoy te veo diferente, pequeña ¿Podemos saber a qué se debe tanta alegría? —pregunta su padre.—Pronto lo sabrán, pero les adelanto que tiene que ver con mi novio. —Se sienta a la mesa para desayunar.—Al fin van a presentarnos a ese hombre misterioso. —Inquiere su madre —Debo confesarte que no estoy de acuerdo con los romances ocultos.—No tienen por qué preocuparse, los estudios universitarios van genial y lo saben, mi romance no ha interferido para nada y además saben que lo que más deseo es terminar mi carrera y especializarme.—Aprobamos tu buen juicio, amor. Pero ya es tiempo de que nos presentes a ese muchacho. No es correcto que se sigan viendo a escondidas, como si su amor fuese prohibido. —Insiste su padre.La diferencia de edades es la razón por la que ha ocultado a su gran amor, si bien, no son diez años; cuatro años hacen diferencia cuando ese romance empezó siendo menor de edad.—Voy temprano a hablar con él y cuando regrese de la universidad los cuatro tendremos una bonita charla, lo prometo. —sonríe.—¿Es algún compañero de clase? —Pregunta su madre.—Bueno… digamos que sí.—¡Lo sabía! ¿Has estado saliendo con un chico mayor? —parece preocuparse la madre.—No te escandalices, mamá. Solo es un poquitito mayor, me quiere mucho, me respeta y estoy segura de que cuando lo conozcan lo van a adorar. Es inteligente, guapo y muy encantador.—Y por su bien, más le vale no haberte tocado —La mira un poco serio, su padre.—¡Ay, papá! Estamos en el siglo veintiuno. —responde —¿Qué pareja actual conoces que no haya hecho el amor?—¡Mayra! —Exclama la madre —¡Qué manera de hablar es esa!Su padre se ahogaba tomando café y ella ríe divertida ante la cara sonrojada de su progenitora. Pues, aunque aparenten ser muy estrictos, confían en su juicio y apoyan sus decisiones.Después de desayunar sale con una hora de anticipación antes del inicio de clases, dejando un breve mensaje de confirmación de su cita, a su amado.“Te espero en la cafetería de siempre en veinte minutos, no faltes”“Estaré a tiempo, princesa. Muero por verte, cada segundo lejos de ti es inmenso”, recibe una pronta respuesta.Se coloca los auriculares y escuchando su música favorita camina despreocupada por la acera hasta la estación de buses, cuando de repente, un auto se detiene frente a ella antes de que cruce la siguiente cuadra.— Hola, Mayra.—Buen día, profesor. —Borra su sonrisa y cambia su mirada. Ese hombre tiene algo que la asusta.Se baja del auto, congelándola, intenta moverse, pero parece tener los pies pegados al pavimento.—¿Vas a la universidad? ¡Te llevo!—Gracias, pero veré a mi novio— le recalca. —Y no necesito que me lleve. Ya sabe los problemas que puede haber por ello.—Que no te preocupe el resto del mundo —Extiende su mano e intenta acariciar su mejilla, pero ella retrocede.—Gracias, prefiero caminar.—Esa actitud no es buena, Mayra.—Y el que usted insista en conquistarme tampoco, profesor. Ya le he repetido miles de veces; no me interesa, nunca podría sentir nada por alguien como usted.—Te amo, te quiero más que a mi propia vida y estoy dispuesto a todo por tenerte.—Eso jamás pasará. Voy a casarme con …—Shh —la silencia. —Ustedes no podrán estar juntos mientras yo pueda evitarlo.—¿Por qué tiene esa obsesión enfermiza conmigo? —aferra a su pecho los libros que sujeta en sus manos.—No es obsesión Mayra, es amor. El más puro de los sentimientos, no tienes idea de lo mucho que me trastorna tu indiferencia. ¿Por qué no puedes creer que te amo? ¿Qué tengo que hacer para convencerte de que te necesito en mi vida? — Intenta acercarse y ella vuelve a retroceder.—Desde el primer día que puso sus ojos en mí se lo dejé bien claro, profesor Arias. Nunca podría interesarme, ni con todo el dinero del mundo podrá comprar mi cariño.—Lástima que sigas pensando lo mismo. Intenté hacer las cosas por las buenas, pero no me dejas alternativa.—Sigue siendo un necio, en su mundo de fantasía cree que algún día podrá lograr algo conmigo y se equivoca. Así pasen mil años y sea el único hombre sobra la tierra, jamás me importaría. Y le aseguro que…No puede continuar porque un fuerte golpe en la cabeza la derriba cayendo directo a los brazos de su maestro.Apenas pudo escucharse un quejido, el trancazo recibido por poco y le parte en dos la cabeza.—Te dije que por las buenas o por las malas serias mía, Mayra. Ahora nadie va a separarme de ti, me encargaré de que nuestra relación funcione de maravilla. Ya verás que llegarás a amarme tanto como yo te amo, mi pequeña. Seremos muy felices.Acaricia sus cabellos mientras su mano se llena de sangre.Dos meses despuésHanpasado seis meses desde que Valentino fue trasladado al penal de máxima seguridadCómbitade Colombia. Su llegada no fue del todo agradable, como todo preso nuevo pasó por muchos problemas, humillaciones y trabajo extra, sobre todo porque era extranjero. Pero a la fecha no todo ha sido malo, ya logrado hacerse del control de un grupo de presos, que ahora lo protegen y hacen el trabajo sucio por él. ¿Cómo fue posible? Pues, sin dinero y con solo su inteligencia, se tomó el tiempo de estudiar a todos los jefes de los grupos que existen en ese lugar.Unode ellos era más vulnerable “El coyote” un hombre alto y musculosos que era sordo.Losigue por una semana y en su recorrido matutino encontró un tiempo a solas frecuente. Entonces ataco, se acercó sin que lo notara y lo apuñaló con por la espalda con un
Tres meses despuésLuego del juicio, los involucrados continuaron con su vida lomásnormal posible. Lo único que lamentaba Esteban, era por todo el dolor queMayravivió a su lado, fue infeliz por diez años, sufrió pidiéndole a Dios devolverle ese gran amor por su esposo. Se convenció de ser la mala en esa desastrosa relación. Lamentaba el nunca poder retroceder el tiempo y liberarla de esa tortura. Los años habían pasado y no pudo salvarla como había prometido.Lamento no haberla salvado como prometí hacerlo.No puedo hacer nada por ella en estos momentos, más que mirarla desde lejos mientras mis ojos se inundan de lágrimas, esperando tomarla de la mano para no volver a dejarla nunca más.Sin duda alguna la prueba de amor más grande había llegado a su fin, y aunque los recuerdos no se recuperaron de
Tras la liberación del jurado, el juez Méndez lee la sentencia. Y en todo momento valentino se mantuvo sonriente, en cada cargo en su contra que se le encontró culpable él moría de risa. La sentencia final la cadena perpetua, los murmullos se hicieron más fuertes y entonces estalló en carcajada enfermiza que enmudeció a todos, de un segundo a otro solo hubo silenció dejando oír su risa malévola.—¿Qué es lo gracioso señor Figueroa? —interroga el juez.—En lo estúpido que son todos ustedes, creen que con leer un papel y condenar a u hombre ya es marcan el fin de su camino. ¿Qué logran con este teatro? ¡Nada! Sigo vivo, ansioso de volver a tomar entre mis brazos a mi esposa —mira aMayra—. Porque aunque esté tras las rejas pudriéndome como todos ustedes lo esperan, seguiré siento amor, deseo, pasión desmedida por ella, eso no va a cambiarlo una sentencia escrita en un papel.—Llévenselo —Pide el juez y dos de los guardias se acercan a su lugar para llevárselo, le c
El juicio continuo, el abogadoAltamiranohablo por última vez, antes de que los miembros del jurado se fueran a deliberar sobre la condena que merecía el doctor Figueroa.—Si bienBarretotenía la fuerza y el poder de hacer lo que quisiera con solo chasquear los dedos, y él tenía las mejores ideas. Una combinación perfecta que los llenó de dinero por muchos años. Lo único que le importaba era la fortuna que amasaba en cada operativo. Para no seguir con ese problema de los hijos, se hizo la vasectomía sin que lo supiera, así Catalina no volvió a salir embarazada y la culpa de no poder ser joven para darle un heredero la atormento por mucho, hasta que descubrió la existencia deMayrael romance con su aun esposo la llevaron a perder el juicio, cosa que en parte solo fue un choque emocional, peroValentino y sus medicamentos la mantuvieron en su estado mental débil.Ymientras aparentemente la sanaba, solo empeoraba su cerebro.Lueg
Catalina fue llamada a declarar, se veía nerviosa, pero su gran amor por Valentino la mantenía firme, cuando pasó a su lado él la vio indiferente y ella sonrió enamorada. Tras su juramento llevó sus ojos a él, sin duda lo amaba ciegamente y demostraba que su amor era incondicional para el monstruo que desgració su vida.—¿Cuál es su relación actual con Valentino Figueroa, señora Catalina? —interrogaAltamirano.—Es mi esposo, responde sin duda.—Tengo entendido que nunca pudo tener hijos de él, a pesar de todo lo que hizo para embarazarse.—Así es, Mi vientre es débil y con los años empeoró, por eso decidí dejarlo que haga si vida con otra mujer.—Esa mujer está en esta sala.—Así es, es ella;Mayra.—Y si le dijera que su esposo, acaba de confesar que f
1 meses después.Valentino les había quitado una vida juntos y el tiempo que pasase en la cárcel no sería suficiente para recuperar lo que perdieron. Pero eso, no les impediría retomar el camino de la felicidad, pues su amor se ha mantenido firme en el tiempo y la distancia.Sin embargo, él no lo entendía; para Valentino el daño que había provocado era irremediable, las huellas que había dejado enMayraeran imborrables y estaba seguro de que cada palabra suya le traspasaba el alma, por eso en el día del juicio contó con lujos y detalles su plan para secuestrarla, y mantenerla atada a él por siempre, anhelando que un día pudiese amarla tanto como él lo hacía.—La conocí en la universidad y de inmediato quedé prendado de ella, de su belleza, de su manera de ver la vida, sin embargo, paraMayrasolo era
Último capítulo