—Me beso —Le dije a Fernando.
—¿QUÉ?
—Sí, y yo le seguí el beso.
—Si él no tuviera novia eso sería genial.
—¡Lo se!, esto es terrible.
—¿Quieres con los chicos?
—No, me puedes llevar a mi casa por favor.
—Claro, ¿quieres que les diga algo?
—Solo diles lo que paso.
—¿Segura?
—SÍ.
—No estés triste, todo va a estar bien.
Todo el camino me la pase pensando en lo que iba a pasar, no quiero hablar con él, tengo mis sentimientos claros y si me gusta... pero eso no significa que voy a destruir una relación de no sé cuántos años.
Al llegar solo me acosté en mi cama, después de una media hora tocaron el timbre, así que bajé a ver quién era. Al abrir la puerta estaban Jocelyn y Nicol.
—¿Qué hacen aquí?
—Hola, ¿Cómo estás?, bien y tú, gracias —Dijo Jocelyn en modo de burla.
—Bien, pasen.
—¿Cómo que te beso? —Pregunto Nicol.
—Ya se los dijo Fernando.
—Por supuesto que sí, queremos de