- Tú... ¿De verdad me estás contando esto? - Theo se echó a reír.
- Por supuesto que sí. ¿Crees que vas a ser tú quien tome todas las iniciativas? En absoluto, mi amor. - Le rodeé el cuello con los brazos. - ¿Y qué? ¿Tengo novio?
- Tienes novio -aceptó, besándome en los labios-. - No sé si este novio aceptará que me duche lejos de él.
Me aparté un poco, sonriendo:
- Theo, no puedo más. He perdido la cuenta de las veces que nos hemos acostado.
- Yo también... - Se rió, mirando su reloj de pulsera. - Ahora métete en la ducha si quieres acompañarme. No puedo llegar tarde, amiga.
En treinta minutos salíamos en dirección a Simplicity, para la esperada reunión de Theo.
- ¿Estás nervioso? - le pregunté, acomodándole la corbata mientras