- ¿Por qué nunca contestas a mis preguntas?
- Siempre lo hago -dije con calma.
- No, no respondes. Por ejemplo, ¿quieres a Malica? ¿Quieres que me quede?
- ¿Para siempre?
- Señor Casanova, ¡buenos días! - saludó la joven morena, de ojos oscuros, con grandes gafas de montura de tigre que resaltaban sobre su ropa negra.
- Buenos días, Maíra.
- Han llegado los directores generales de las cadenas de farmacias y droguerías. ¿Los hago esperar o los verá ahora?
Theo mira el reloj:
- Ahora mismo voy a la sala de reuniones y puedes hacerles pasar. Por cierto, esta es María Lua, de la que ya te he hablado. Ella ocupará esta sala por el momento. No sé cuánto tiempo se quedará. - Me miró. - Pero he oído que, si se la trata bien, podría quedarse toda la vida -se burló-.
- Depe