De manera sencilla se llevó a cabo la celebración de los bautizos de los niños, ahora Jacobo, Daniela, Demetrio y Dayana habían recibido su sacramento, Verónica y yo éramos los padrinos de Dayana Delgado.
Habían pasado quince días desde el sepelio de Aníbal y el padre se regresaba mañana. Todos nos reunimos en mi rancho, esperábamos a que nos sirvieran el almuerzo. Kevin llegó con Carlina y le señalé su puesto en la mesa, me sonrió.
Luego llegó Alfredo que se estaba quedando en mi casa y por varios meses permanecerá aquí hasta que decida casarse, no sé qué era lo que tiene con Patricia, era un tira y afloja, pero creo que él lo hace para sacar de casillas a la hermanita menor de Gustavo que por cierto estaba sentada al lado de Gladis, le señalé el puesto al lado de Patricia, quien le torció los ojos y él delante de todos la besó.
—¡No te pases! —dijo Gustavo, dejaron de besarse.
—Pensé que ya me habías aceptado. —Todos reímos.
—¡Y te aceptó!, ¿no ves que no tienes una bala en tu c