—Ulises... —Eli despertó balbuceando su nombre. Se sentó de golpe al verse en la cueva. Era la primera vez que despertaba allí. ¿Cómo era posible? Se paró de la cama y salió al bosque.
—¿Ya amaneció? —Miró al cielo atolondrada—. ¿Cómo es que estoy aquí? ¿Dónde está Ulises? —Las lágrimas cubrieron sus ojos y el miedo la azotó—. ¿Qué hicieron contigo, amor?
***Eli fue a desayunar después de pasar una hora en su habitación analizando la situación. La impotencia y la frustración de no saber dónde estaba o qué le hicieron estaban acabando con su paz.—¿No le gustó? —Madia, la nueva ama de llaves del campamento, la abordó con preocupación. Era una Señora entr
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Tres años y medio atrás.—¡¡ULISES!!«Perdóname, enana... no pude cumplir mi promesa».Una semana antes de la caída por el precipicioUlises estaba temblando. Era un gran descubrimiento y tenía que proteger aquella información a toda costa. Ni siquiera veía aquella casa como segura, si la gente de Kara lo descubría, ese sería el primer lugar donde buscarían. Fue al mercado y compró cabello falso, preparó una peluca y barba negras. Se disfrazó y dejó una carta a su compañera de trabajo, explicándole que tuvo que salir de emergencia y que tal vez no regresaría. Salió disfrazado, compró un caballo y se dirigió a Ming. En la gran casa, ocultó la cura, el neutralizador y l
Un traidor en el campamento
—General, me gustaría quedarme aquí por un tiempo. Me siento más cómoda y útil en el campamento que en ese enorme castillo —Eli le explicó a Lionel la razón por la que no volvió a Nim, claro, aunque era cierto que no soportaba aquel lugar, tenía que investigar qué sucedió con Ulises. Ella llevaba tres días allí e iba todas las noches al bosque con la esperanza de verlo. Lionel regresó a Nim ese mismo día dejando a Eli a cargo del campamento.—¡Esto es desesperante! —Eli daba vueltas en su habitación—. No entiendo cómo desapareció de allí. Se supone que estaba atrapado.Eli terminó el entrenamiento y se sentó a observar a Madia, quien estaba sentada en un banco cerca del jardín, limpiando las legumbres que cocinaría para la cena.—Es una se
Libertad
UlisesDespierto otra vez en este infierno y deseo no volver a hacerlo jamás. Miro mis manos que arden y duelen, las frías cadenas la mantienen sujetas a la silla. Estoy atrapado y solo. Nadie puede ayudarme. Esa mujer empieza a lamer mi pecho desnudo y no puedo evitar arrugar el rostro del asco. Estoy cansado. ¿Por qué despierto? ¿Por qué no termino de morir? ¿Es este el famoso averno? ¿Estoy pagando con creces los errores del pasado?Otra vez mi eyaculación la hace reír victoriosa, por mi parte, solo quiero salir corriendo de aquí. Ella cree que me gusta lo que me hace porque mi cuerpo se ha acostumbrado a su estímulo. Pero siendo sincero, este asunto es cada vez más doloroso y asqueroso. Tal vez, físicamente sea placentero, sin embargo, mi alma está desgarrada y la culpabilidad me atormenta sin piedad. Es posible que esta sea la fa
Reencuentro
Eli se levantó llena de energía y con una gran sonrisa en el rostro. Por fin iba a ver a Ulises después de tanto tiempo. Ella se pasó ese mes y medio peleando para recuperar las aldeas que estaban controladas por los hombres de Sum en la región Arcoíris, mientras que Ulises era liberado de aquel químico y entrenado para la batalla contra los Evils y Sum.Ulises cabalgó con su gente por cinco días, haciendo paradas en aldeas en las noches. Temían ser emboscados en el bosque, puesto que Eli no estaba con ellos. Ella era considerada la mejor guerrera de Lucero Verde y sus hombres se habían vuelto muy fuertes y hábiles. Eli cabalgaba con algunos guerreros restauradores cuando un grupo considerable de los hombres de Lionel vinieron a su encuentro. Uno de ellos se tiró del caballo y corrió hacia ella, luego se arrodilló.—Maestra, estamos bajo su
No regresaré a Destello
Eli regresó de noche al campamento. Todos ellos estaban divididos en grandes grupos: una parte sentados en ronda frente a una fogata, otros sobre rocas; algunos jugando con mesas improvisadas de madera y otra parte ellos estaban simplemente descansando en sus tiendas. Eli se sentó aparte sobre una roca con su mirada al suelo. Jonah se le acercó y tomó su mano fría.—Hola, preciosa. —Le sonrió como si nada hubiera pasado y ella lo miró con ternura.—Hola, Jonah. Antes de que preguntes, estoy bien, solo necesitaba estar sola por un rato.—Un rato largo —se burló—. ¿Qué estabas haciendo en el bosque por más de cuatro horas?—Estaba pensando. Me dio mucho coraje con Ulises por la forma en que me trató, mas entiendo que él está confundido. Solo debo aclarar las cosas con él... —No conti
Te libero
Ulises, Mariam y sus hombres lucharon contra los Evils que estaban acampando en un bosque cerca de la ciudad Violeta, mientras que Eli fue a visitar la ciudad del fuego. Se quedó anonadada con tanta belleza. Era la ciudad más moderna que había visto en ese continente. Las casas estaban hechas de una piedra rojiza hermosa, había muchos árboles y jardines y las calles estaban construidas con ladrillos. Varias fuentes y luces de colores adornaban la ciudad y se podían apreciar a algunos carros voladores por encima de ellos. —¡Guau, Jonah! ¡Este lugar es hermoso! —Eli exclamó entusiasmada.—Sabía que te gustaría. —Él la miró con satisfacción.—Estoy enamorada de este mundo, a veces dudo en querer regresar a Destello, pero tengo a mis padres allá. No puedo quedarme en este mund
Celos
Eli corrió con ansias y nerviosismo. Necesitaba verlo y arreglar las cosas con él, necesitaba quitarse esa duda que la torturaba. Quería comprobar que él todavía la amaba, que ese amor que le había proclamado era real. Tenía que asegurarse que él no estaba buscando una excusa para liberarse de su compromiso, necesitaba confirmar que su propuesta fue por amor y no por culpabilidad.Su corazón latió con rapidez al escuchar voces. Ulises estaba conversando con Mariam. No soportaba a esa mujer. Era obvio su interés en él y como forzaba para llamar su atención. Paró en seco al ver su realidad frente a ella. Lágrimas rodaban por su rostro y sintió como se desgarró su corazón del dolor; apretó sus puños y se acercó a Ulises. Después de decirle sus verdades, se quitó la pulsera y la estrelló contra su rostro. Lo escuch
La hierba de la verdad
Eli y Ulises regresaron al campamento chocando sus hombros juguetones y esbozando una sonrisita maliciosa, cada vez que se miraban. Fueron acorralados por Mariam, Darian y Reka, quienes los observaban con reclamo.—¿Dónde estaban? —Reka preguntó.—Hablando o algo así —Ulises respondió y ambos empezaron a reír como si él hubiera hecho un chiste. Ellas los miraron como si se hubieran vuelto locos o consumido una droga mala.—¿Algo así? —Mariam se acercó a Ulises—. ¿Qué hacías con ella a solas?—¡Aléjate de mi chico! —Eli ordenó y ambos rieron otra vez.—¿Qué rayos les pasa a estos dos? —Darian los examinaba con la mirada.—Nada, solo nos estábamos besando y esta loca me cacheteó porque la invité