CAPITULO XXXXXI: ¡QUE MUERAN LOS TRAIDORES!

El soldado Lukas comenzó a subir las escaleras luego de escuchar lo que el rey Agustín XII había dicho, este tenía los nervios de punta, ya que había pasado todo el día tratando de que todo saliera perfecto, de que se encontrarán todos los soldados, de que el lugar se encontrará lleno de personas, entre otras cosas.

Al llegar a dónde se encontraba el rey sentado este le hizo una reverencia y le dijo:

— Su majestad desde hoy mi vida cambiará pero trataré de que mis virtudes sigan siendo los mismo, prometo en hacer todo como usted lo ordene, prometo hacer todo de forma correcta y de la manera más perfecta posible.

El rey Agustín XII al ver a este arrodillado diciendo todo esto se levantó de su asiento y al verlo de pie rápidamente unos criados vestidos muy elegantes se acercaron a él rey ya que estos traian en un estuche la espada del rey Agustín XII.

Este al tener a los criados en frente con su estuche, llevo su mano para así abrirlo y rápida