Me acerqué flotando y vi que era un mensaje del panteón:
"Señorita Cynthia, la parcela C, número 15 del Panteón Bosque de Pinos aún está a la espera de su anticipo."
Ah —esa era la tumba que no habíamos comprado.
—Así que aquel día… —Joseph también lo recordó, con la voz ronca—, ella no estaba haciendo un berrinche, realmente quería morirse…
Y además había congelado mi tarjeta, me humilló delante de todos, me llamó impostora y me echó de la casa.
—¡Ah! —Joseph se agarró con fuerza el pelo y se dobló de dolor.
Thomas arrebató el celular y siguió leyendo mis memorias; su rostro se fue poniendo cada vez más pálido.
—Thomas, nuestra… nuestra hermana… sí que murió —Joseph cayó de rodillas y lanzó un alarido casi desesperado—. Juramos que la íbamos a querer por siempre… ¿y qué hicimos?
Thomas respiró hondo, sosteniendo la cordura con esfuerzo: —Joseph, ve a la casa primero.
—¿Irme? —Joseph alzó la mirada, confuso.
—Ve —dijo Thomas en voz baja—, elige para Cynthia la mejor tumba.
—La más tran