La doctora se hizo a un lado para que pudieran ver mi cuerpo.
Mi piel tenía un tono grisáceo, los labios violetas.
Las pupilas de Thomas se contraían de golpe; dijo sin pensar: —¿De verdad es Cynthia?—
La joven en la camilla estaba horriblemente delgada, prácticamente piel y huesos.
En su recuerdo yo era delgada, sí, pero sana.
La voz de Joseph sonó rasposa: —¿Causa de la muerte?—
—Cáncer de páncreas en estadio avanzado, más una grave reacción alérgica, falla orgánica —dijo el médico con frialdad—, pero lo que realmente la mató fue—
Ella levantó un extremo de la sábana y dejó ver los moretones por todo mi cuerpo: ——ruptura del páncreas por fuertes golpes.
—…Thomas —Joseph miró los hematomas sobre el cadáver y, apretando las palabras, preguntó—: ¿Cuándo fue la última vez que le hicieron un chequeo a Cynthia?
Thomas pareció recibir un golpe y alzó la mirada con aturdimiento: —No lo recuerdo… ¿hace tres años?—
Sarah volvió justo tres años atrás.
Desde entonces, dejaron de preocuparse por