—No… no trabajo aquí solo venia de paso —supe responder y él sonríe e iba a decir algo cuando…
—Franco… te necesito inmediatamente —oigo su voz malhumorada y apenas si se asoma a la puerta.
—Adiós —es lo único que me dice y me regala otra de sus perfectas sonrisas y le correspondo con una, salgo de allí y al estar fuera donde estaba el auto estacionado siento como si hubiera salido de prisión. Llego a la mansión y al entrar esta mi pequeño Antonio quien al verme deja sus crayones a un lado para abrazarme.
— ¿Dónde estabas mami? —dice con sus bracitos rodeando mi cuello.
—Salí un momento a… —y me besa con ternura, adoro ese gesto de mi pequeño.
***aca quede sigue este
+
DORIAN: —perdiendo el tiempo como siempre —supe que decirle a mi amigo quien ib