Por Ramiro
-Estás equivocada.
-No lo estoy, soy yo la que estuvo dentro de esa maldita bolsa, ese recuerdo me persigue noche a noche.
-Lo lamento.
Dije con un nudo en la garganta.
-Claro que no lo lamentás, tus palabras son falsas, como tu persona y tu prestigio.
-¡No me importa mi prestigio!
A esta altura estábamos discutiendo en voz bastante alta.
-No me interesa lo que pensás, hablame de ese aparato, o mandá a técnicos y que hablen con los médicos que tienen esa especialidad, ya aprobé la compra.
-Te amo.
Le repetí y era lo único que me importaba, que ella supiera que la amaba.
Me equivoqué al no haber investigado su muerte y evidentemente también me equivoqué al haberme involucrado con Charo.
Me recorre un miedo espantoso, al pensar que Rocío no me va a perdonar jamás el haber estado con Charo.
Me siento un infeliz.
Un miserable.
Mi sueño es estar a su lado, cosa que creí imposible, pensé que ella estaba muerta, sin embargo no la saqué nunca de mi cabeza.
Tenía la esperanza de pod