Caleb se devanaba los sesos pensando en que torturas iba a usar con esa mujer, la impaciencia le estaba ganando, desde que llegó Dulce no ha tenido noticias, los médicos están herméticos, nadie entra nadie sale de esta habitación, solo podía distraerse en la forma de hacer sufrir a Georgina Grants y así calmar un poco su ansiedad
—Señor, hemos traido a la prisionera
—¿Donde la dejaron?
—En la mansión
—¿En el subterráneo?
—Si señor ¿Algo mas que desee?
—Total privacidad Sofia, no estoy de humor para que algo salga mal ¿Entiendes, cierto?
—Si señor, estare pendiente de la señora, cuando tenga información se la dire enseguida
—Me parece bien, quiero a todos vigilando la mansion veinticuatro horas, no quiero distrurbios o distracciones, la vida de mi esposa esta enpreligro y no tolero ineptitud de nadie
Diciendo lo ultimo, se levanto de la silla caminando hacia un librero, solo movio un libro y una pared se hizo corrediza, a Caleb le parecia absurdo estos pasadizos, cuando su abuelo se l