Por la noche, Maisie fue a recoger a Ryleigh.
Ryleigh llevaba una falda con tirantes y el cabello en un par de coletas, lo que la hacía ver pura y enérgica. Se subió al coche y se abrochó el cinturón de seguridad. “¿Por qué de repente quieres beber una copa conmigo?”.
Maisie ya había arrancado el coche y se había ido. Ella solo esbozó una sonrisa deprimente. “Estoy de mal humor”.
“Nolan y tú, ¿se pelearon o qué?”. Ryleigh sintió sus emociones. “¿No estaba todo bien entre ustedes dos antes de ir a Stoslo?”.
A Maisie le temblaron las pestañas, pero al final no pudo soportar pronunciar la frase “nos estamos divorciando”.
Ella no lo dijo, tal vez porque quería mantener el matrimonio frente a los demás, aunque solo se mintiera a sí misma por un breve momento.
Cuando llegaron a un bar, ambas pidieron un cóctel. Ryleigh revolvió la bebida con una pajilla y se giró para mirarla. “Zee, ¿estás bien?”.
Maisie hizo una pausa por una fracción de segundo, pero luego cambió de tema. “¿Piensas