Dentro del coche…
Nolan miró por la ventana del coche distraídamente, como si todavía estuviera reflexionando sobre lo que había dicho Maisie. Como estaba perdido en sus pensamientos, no escucho a Quincy llamándolo desesperadamente.
“Señor”. Quincy levantó la voz.
Finalmente, Nolan volvió en sí y se frotó la frente. “¿Qué pasa?”.
Quincy le tendió el teléfono. “Tiene una llamada de su padre, señor Goldmann”.
Nolan tomó el teléfono de sus manos y contestó: “Papá”.
Al otro lado de la línea, en la finca de la familia Goldmann…
“Pequeño mocoso, ¿has ido a dejar embarazada a la hija de alguien?”.
El padre de Nolan estaba sentado en su patio trasero bebiendo güisqui. La foto que se mostraba en su tableta exhibía a dos niños con un asombroso parecido a su propio hijo.
Nolan no habló por un momento y frunció las cejas. “Que yo sepa, no”.
“¿Estás seguro? Entonces, ¿cómo explicas la existencia de estos dos niños que firmaron la Corporación Entretenimiento de la Corona Real? Se ven igual