"Sandy, si me hubieras dicho la verdad hace un momento, habría pensando que tenías tus razones, pero elegiste mentirme de nuevo. ¿Cómo voy a saber que no me estás mintiendo ahora también?".
Tanner levantó la cabeza y se obligó a calmarse. “Incluso convertiste a Pearl en tu chivo expiatorio. Sandy, no te conozco”.
A Sandy se le empezó a acelerar el corazón. Apretó los puños con fuerza y las lágrimas caían por sus mejillas. "No me conoces…".
Ella levantó la cabeza para mirar a Tanner y preguntó: "¿Soy yo o eres tú quien cambió?".
Tanner no respondió.
Llorando, Sandy gritó: “Desde que quedé embarazada, me trataste con frialdad. Tú eres quien me hizo sentir que podría perderte. No quiero que eso suceda, así que ¿crees que me atrevería a decirte la verdad?”.
Poco a poco se fue derrumbando emocionalmente y le gritó: "Tanner, soy una mujer, y la intuición de una mujer siempre es correcta. ¿Desde cuándo cambiaste tu actitud hacia Pearl?”.
Tanner se quedó atónito, pero aún así no dijo