Jodie apretó las manos con tanta fuerza que sus nudillos se estaban poniendo pálidos. Desde su punto de vista, Ryleigh la estaba humillando y burlándose de ella.
Cuando ella pasó junto a ellos, una sonrisa fría apareció en la comisura de sus labios. Se quitó la pulsera y la metió sigilosamente en la capucha de Daisie cuando se acercó a ella.
Luego, gritó: “¡Mi pulsera! ¡Se me perdió mi pulsera!”.
Ryleigh se detuvo y se dio la vuelta para mirarla al escuchar sus gritos.
Ella vio que Jodie se estaba quejando con el gerente, diciéndole que perdió su pulsera. Luego miró a Ryleigh y, como si pensara en algo, la señaló y dijo: “¡Deben ser ellos! Esa niña chocó conmigo hace un momento. ¡Ella seguramente robó mi pulsera!”.
El gerente le ordenó al camarero que se acercara a Ryleigh.
El camarero se acercó y le dijo: "Lo siento, señora. Esa mujer de ahí dice que perdió su pulsera. Puede pedirle a sus hijos que...".
Ryleigh pronto comprendió lo que estaba pasando.
¡Jodie los estaba incrimi