Victor.
Conduzco lo más rápido que puedo por el pueblo claro sin llamar la atención de alguna patrulla, llegó a su tienda, me parqueo, me bajo y antes de tomar el pomo de la puerta intento calmar mi respiración lo más que puedo, mi mano tiembla al tomar el pomo de la puerta la abro y está todo a oscuras, tomo varias inhalaciones y sé que está aquí puedo sentirla, cierro la puerta y me interno en la tienda, volteo hacia los lados hasta que la escucho.
-Vaya mira quién ha llegado el perro.
Está hablando corrido, la encuentro sentada en una de las sillas de tatuajes y varias botellas en el suelo, hay no está ebria de nuevo.
-¿Alicia estás bien?
-No se me acabó la botella.
Levanta una botella de vodka vacía la mueven poco en el aire y la deja caer al tocar el suelo se rompe.
-Hay Alicia no debiste de haber tomado tanto.
La escucho quejarse en voz alta y se remueven en la silla.
-A quién carajos le importa eso Víctor, quisiera ser hum