95. Epílogo
Andrea y Rose nacieron sin complicaciones, por parto natural, lo que fue una sorpresa para todos, pero un alivio sin igual. Rose fue la primera en nacer, tenía el cabello oscuro de su mamá, pero los ojos verdes como su padre, mientras que la pequeña Andrea nació rubia y con los ojos azules de su madre. Las dos pequeñas eran la combinación perfecta de sus padres, incluso sus personalidades, que, por el momento, parecían ser similares, aunque, a sus seis meses, seguían muy pequeñas como para hacerse una idea definitiva de sus formas de ser. Rose era más curiosa, siempre mirando todo con intensidad; Andrea, en cambio, parecía más tranquila, a gusto en los brazos de su madre o dormida en el pecho de su padre.
Sus nombres los había escogido Alessia y cuando se los propuso a Noah, él no pudo sucumbir ante las lágrimas y la emoción. Esa era la forma en la que Ale elegía honrar a Andrea Rose Evans, mostrarle respeto y cariño, y demostrar lo importante que era en la vida de esta nueva familia.