ELISA 05

Cap. 5 "Los rumores dicen...pt2"

 

Camino muy rápido a la salida. Si de casualidad alguien se entera que estuve involucrada en la estúpida pelea de Hunter y Astor, la entrenadora me puede matar. Siempre estamos cuidando la reputación de la universidad y yo no quiero problemas ahora.

Astor está acostumbrado, pero es diferente si yo, como mujer, me meto en estos problemas...

— ¡Elisa! —la voz de un hombre hace que me detenga en seco.

Doy media vuelta para ver de quien se trata. Un chico de pelo rubio viene, se detiene frente a mi. Luce algo agitado y asustado. ¿Me va a asaltar?

— Detén la pelea, Elisa —me dice el chico.

— ¿Qué? —respondo con sorpresa— Estás demente, es Astor el que está peleando, que voy a hacer yo? Es un demonio en la cancha, no me imagino como sea en una pelea, pero no quiero saber. ¿Acaso tengo cara de ser árbitro?

— Es tu novio —me dice agarrando mi brazo para llevarme de vuelta— Va a matar a Hunter si no lo detienes.

— Mikkel Astor no es mi novio, imbécil —le reclamo e intento hacer que me suelte el brazo, pero es inútil

— Yo vi que se besaron —me dice— Además Hunter es mi amigo y es tu ex novio. Es obvio que están peleando por ti.

¿ES UN CHISTE?

Comienzo a reír, por la tremenda tontería que acaba de decir este tipo. Seguimos caminando y sin darme cuenta, estoy de nuevo viendo la pelea.

¿Pelea? Esto es una masacre. La cara de Hunter tiene sangre, comienza a hincharse, mientras que Astor apenas y está sudando.

— Astor, detente —le hablo sin ganas para que el chico vea que no me hace caso, pero para mi sorpresa si lo hace. 

Astor me mira, parece en serio enojado. Su mirada y semblante, todo parece que está controlándose para no explotar.

¿En serio está molesto por qué Hunter le ha pegado?

Ahora que lo pienso, había otro chico con Astor. 

— Hunter, ya vámonos —El chico que me había traído, tenía del brazo a Hunter. 

No sabía que más hacer, así que decidí que era hora de irme. Avance a la salida, por segunda vez. Escuché los pasos de alguien detrás de mi. 

Al salir del bar, todo el alcohol que había consumido, parece que se ha esfumado. Me siento como si recién acabara de llegar, que mal. 

— ¿A dónde vas? —la ronca voz de Astor me saca de mis pensamientos. 

— Déjame en paz —susurré un poco molesta por todo. 

— Me debes una —me responde— Tu lo dijiste, acabo de darle la golpiza al idiota de tu ex novio, me debes dos, no crees? 

— ¿Estás bromeando, no? —espeto mirando fijamente sus ojos— ¿Qué m****a te ocurre, Astor? Tu y yo... —nos señalo— jamás nos cruzamos nunca y ahora en cada esquina te veo, a caso me estás siguiendo?

Mikkel Astor me mira. Comienza a fastidiarme que sólo se dedique a mirarme en vez de decirme las jodidas cosas. 

— Le dejé en claro a Hunter que estamos saliendo —me dice después segundos de silencio 

— ¿Qué? —preguntó anonadada— ¿Por qué? 

— Vi que te molestaba, soy un cabrón, pero sé respetar cuando alguien dice que no —me responde serio— Supongo que así dejará de molestarte

—No sabes si yo quería que el me dejara de hablar, Astor —le respondo herida.

— Un gracias hubiera bastado, Strauss

Astor avanza caminando, se ve nuevamente enojado. Sin querer, camino a la misma dirección que él, ya que estacioné el carro de mi papá por allá. 

— Gracias, Astor —digo antes de subir al auto— Supongo que me molesté porque aún queda algo de amor en mi para Hunter y sé que es algo tonto después de todo, pero yo no puedo olvidar tan rápido a las personas. 

— Si ese estúpido fuera el amor de tu vida te sanaría, no te abriría más heridas, Strauss —me responde— Será mejor que te olvides de él. 

— Hay más cabrones para mi —bromeo. 

— Muchos más —me dice con su típica sonrisa ladeada— Soy experto en hacer que las chicas se olviden de sus novios un rato, si necesitas a un cabrón más, llámame capitana —me guiña el ojo 

Le sonrío, sin darme cuenta le estoy coqueteando. 

Astor no dice mas, se coloca su casco negro. Yo no deseo decir mas, así que cierro la puerta del coche. 

(...) 

Despierto con el sol entrando por mi ventana. Estiro un poco, antes de al fin levantarme. Es domingo, es mi único día libre. Y aunque tengo tarea, no voy a hacer nada porque estoy demasiado cansada. 

Sentada al borde de la cama, tomó mi celular, tengo varias aplicaciones con notificaciones. Pero antes de que pudiera revisar alguna, una llamada entra. 

—Peerrraaaaaa —Violeta alarga demasiado la palabra— Me mentiste —Claramente está molesta 

— ¿Ahora qué? —pregunto sin entender— Ilumíname, Vio

Violeta deja salir un grito— Mikkel Astor y Hunter Jones se vieron involucrados en una pelea por la capitana del equipo de Vóleibol femenil —Narra Violeta con exageración— Elisa Strauss, la pequeña rumana. ¿A caso a Elisa le atraen más los chicos malos? 

— ¿Qué tontería estas diciendo? —respondo después de escuchar todo eso

— Esa fue la publicación de hoy del I*******m de los chismes de la universidad, es algo así como la primera plana —Alardea Violeta muy divertida por la situación

M****a. Con esto Astor y yo estaremos en problemas con nuestros entrenadores. Claramente se me prohibió distraer a la estrella y yo creo que a Astor le dijeron lo mismo respecto a mi.

Hunter no tendrá problemas, el está acostumbrado a ser ventilado. 

Joder. 

Luego de una platica intensa con Violeta sobre lo que pasó, que claramente no me creyó, me quedo en mi habitación el resto del día. 

Estoy en ropa interior, viendo mi reflejo en el espejo. Mis tatuajes que están en la pierna pero a la altura de la pompa, se pueden observar fácilmente. 

Solo Hunter y Violeta conocen la existencia de estos tatuajes. 

Cuando estaba más pequeña, tuve una experiencia sexual no agradable. Con alguien que era parecido al concepto de badboy, así que por eso no me agradan. 

Los hombres como ellos quieren sexo por sobre todas las cosas, no importa si lastiman o no, ellos toman lo que quieren y se van, sea consensuado o no. 

A veces tengo algunas necesidades, como salirme de un hoyo de pensamientos. Hunter descubrió que cuando yo caigo en ese hoyo, me encanta que me follen. Así que era la tonta manera que tenía Hunter de ayudarme, yo saciaba una necesidad y el se sacrificaba por mi bienestar, sarcasmo.

Antes de descubrir eso, yo solía ir a los bares. En el bar solo me dedicaba a tomar y algo más. 

Ahora creo que me volví adicta, pero no tengo la confianza de pedírselo a alguien. Es un punto débil, las personas jamás deben conocer tu debilidad, por más que pienses que son de confianza. Lo he aprendido a la mala. 

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