―¡Tranquila! No te culpes… Por lo que me doy cuenta, necesitas un buen café espresso… Acércate, te enseñaré a prepararlo… Y también te enseñaré sobre "los hombres"... Son como robots, ¿sabes?, pueden hacer lo que buscas si encuentras el interruptor correcto… —bromeó Alexa, mientras me enseñaba a preparar el espresso.
Para mí, charlar con Alexa me estaba ayudando para darme cuenta de muchos errores que ya había cometido, y que aunque Ricardo era tan culpable como yo, él no era culpable del todo, y tal vez no se merecía que lo tratara como lo estaba haciendo. También debía disculparme con Christopher y con Vanya… Tenía que replantearme las cosas con Ricardo y sentarme a pensar con la cabeza fría ¡pero sin dolor, por favor! :-(Afortunadamente, Alexa tenía mucha experiencia con chicos y tal vez podría orientarme mejor y ayudarme a abrir los ojos.Por su parte, Ricardo miraba al vacío desde su ventana, temiendo que lo mejor era terminar la mágica relación que recién había