MÁS CONFUNDIDO QUE NUNCA
Al día siguiente, Christopher tenía que irse muy temprano, como siempre. Quería estar puntual en su trabajo. A las 6 de la mañana ya estaba bañado, peinado y perfumado, preparando sus zapatos y su ropa. Desde la ventana, las nubes lucían como cristales en medio del cielo, y los vidrios estaban empañados por el frío afuera. Christopher eligió usar una playera de cuello alto, tipo suéter en color marfil, una bufanda blanca de lana y una chaqueta de gamuza en tono miel. Se veía muy guapo, pero él opinaba diferente…
—Ahora me miro al espejo, noto que lucía un poco tierno e ingenuo… Pero quizás eso me ayude a conmover al padre de Rosa… —pensó Christopher .
Después, salí de mi habitación y fui a tocar la puerta de mi habitación…
—¿Ya estás despierta? Buenos días… —dijo Christopher , tocando a mi puerta.
―Sí, Christopher , de hecho acabo de salir de bañarme… Hoy no quiero llegar tarde…—respondí a través de la puerta.
—Bueno, buena suerte… Te dejaré un poco de té de