Capítulo 5 - Emily solo ayudaba

Emily veía a sus nietas reir y divertirse en la piscina. Agradecía que Alma se tomara tan en serio lo de cuidar a su nueva prima. Todos en la casa estaban enterados de la situación real, pera eran personas de confianza y ella les pagaba muy bien como para decirle algo que no debían a Alina.

Alina, esa pequeña chica a la que había encontrado en una carretera en Italia a punto de ser asesinada. De hecho, la joven estuvo a punto de morirvarias veces. Cuando ella y su chofer la encontraron, la chica respiraba con dificultad, su pulso apenas se sentía. Ella sintió mucha pena y dolor por esa vida que se extinguía rápidamente. Y lo más terrible es que estaba embarazada. El sujeto con el que ella estaba, aparentemente su esposo, casi la mata y lo habría hecho si no fuese por Marcus, su chofer, quien intervino.

Lamentablemente conocía ese tipo de casos, es mas, lo vivió de primera mano. Su hija fue asesinada por su esposo, aquella persona que debía cuidarla, protegerla, la mató por sus horribles celos. No pudo ayudar a su hija, pero salvaría a Alina. Que ella no recordara nada le facilitaba ayudarla. Ella y su pequeño podrían vivir tranquilamente de ahora en mas.

Ella ya se había enamorado de ambos, Ángel era un regalo de la vida y Alina era tierna, amorosa, no podía entender como se había fijado, como siquiera había puesto sus ojos en un ser tan maligno que casi la mata. Se sintió desesperada cuando la halló al borde de la muerte. Ordenó llevarla a una clínica privada y tratarla allí. No quería que nadie supiese que ella ahora tenía una protectora, la familia de su esposo podrían querer dar con ella y quitarle al bebé.

Cuando ya más o menos estuvo estabilizada y lista para viajar, fue llevada a Australia. Les explicó a sus nietos la situación, a Noah no le agradó la idea de una nueva integrante en la familia, pero ella no le dio opciones. Alina se convertiría en su prima de ahora en adelante. Alma la había aceptado de inmediato, fue la que más sufrió con la muerte de su madre y entendía que escapar de la violencia era difícil, pero no imposible.

La familia se había agrandado, ya no eran solo ella, Alma y Noah, ahora también estaban Alina y Ángel. Emily solo esperaba que el pasado de su nueva nieta nunca volviera. Todos sus nietos tenían protección personal. Un guardaespaldas para cada uno. El episodio que había vivido Alma hace unos meses la obligó a tomar esas medidas.

Emily había decidido que Alina continuara con su nombre verdadero, consiguió nuevas documentaciones. Quitarle su nombre, eso no se atrevió a hacer. Además, en su omóplato, Alina tenía un tatuaje con su nombre y el de su esposo muerto, Dante. Por supuesto, ella se había encargado de que borren el nombre de su esposo de allí, como así también el anillo que ella tenía en el dedo anular de la mano izquierda, similar al que tenía el sujeto que estaba con ella. No quería que en su piel estuviera otro signo de posesión de ese hombre.

No había investigado, pero estaba segura de que su marido estaba muerto. Cuando hallaron a Alina en la carretera, él ya estaba agonizando. No se quedaron a ayudarle, nadie que se manifestara con esa violencia merecía una pizca de benevolencia. Ella no era capaz de ayudar a alguien que intentó hacer algo tan atroz, como matar a una mujer indefensa.

Alina, hoy día estaba bien, estaba continuando con su vida. Había formado un bonito lazo con Alma y solían salir juntas a pasear al parque con Ángel, a comprar ropa, entre otras cosas. Su nueva nieta tenía un ojo especial para el arte, estaba segura que en su anterior vida se había desempeñado como profesora de arte o algo similar. Cuando ella notó eso, inmediatamente mandó crear mas documentaciones y ahora Alina tenía una maestría en Arte, lo que la habilitaba para dar clases. Alina quería trabajar, así que Emily estaba investigando que escuelas podrían ser aptas para ella. Sabía que su nieta tenía la capacidad para cualquier desafío, pero prefería que Alina estuviese protegida.

Le había señalado una y otra vez que no precisaba trabajar, que podía cuidar a su pequeño todo el tiempo, pero Alina quería sentirse útil.

Dentro de unassemanas comenzaría a trabajar, serían solo tres horas al día. La joven tampoco quería pasar tanto tiempo alejada de su pequeño. Durante el tiempo que trabajara, una niñera lo cuidaría. Ya había planeado extraer su leche y dejarla envasada así solo se necesitaría recalentar y ya estaría lista. La había visto dibujar y sus dibujos eran verdaderamente preciosos, transmitían mucho sentimiento y aunque ella no podía ser imparcial, sabía que su nueva nieta tenía un talento indiscutible.

La vio entrar a la casa y fue hasta ella. La encontró acariciando suavemente a Ángel y se derritió de ternura.

—Cada día crece más— comentó entrando a la habitación— Se parece mucho a ti, ya lo quiero ver correteando, riendo, haciendo sus travesuras— dijo Emily observando el parecido entre madre e hijo. Ángel dormía plácidamente, apenas tenía un poco de cabello,pero parecía que iba a ser igual al de Alina. Su tez blanca, sus manitas agarraban todo lo que se le ponía en frente.

Hace ya muchos años que Emily no tenía cerca a un pequeño, de hecho, al último bebé que cargó fue a su nieta Alma. Esa niña siempre fue su mayor locura y adoración. Nunca hizo distinciones, pero Alma era su niñita, su pequeña.

—Lo se. No se si alguna ve desee tener hijos— miró hacia su hijo— pero Ángel me vuelve loca de amor por el. Es tan indefenso y dulce.

—Un hijo te cambia la vida, por el harás cosas que ni siquiera sabías que podías hacer, lucharás contra viento y marea por su bienestar.

—Él es mi motor, abuela. Aprendí gracias a el, que no debo aferrarme al pasado. Puede que no recuerde mi vida anterior, pero creo que de a poco voy mejorando. Ya no tengo molestias, puedo dormir las noches enteras, en fin. Creo que pronto seré la misma Alina— terminó con una sonrisa.

—Claro que si— respondió Emily, devolviéndole una sonrisa tensa.

Emily dejó a su nieta, ésta iba a despertar a Ángel para darle de tomar la leche. Salió y encontró a su otra nieta en el pasillo de las habitaciones. Su guardaespaldas la miraba desde la esquina y parecía preocupado. A ella no le gustó nada, Almaparecía ida y triste.

—¿Qué tienes Alma?— la chica la miró y sus ojos brillaban, parecía a punto de llorar— ¿qué pasó Alma? Me estás asustando— le acarició el rostro.

—Te quiero abuela— Alma la abrazó con fuerza y Emily hizo lo mismo, no entendiendo qué le pasaba.

—Yo también te quiero mi chica de hermosos ojos. ¿Qué te anda sucediendo? ¿discutiste con alguien?

—No, solo quería decírtelo. Tu eres la mejor y yo no siempre me comporto de la mejor manera. Siempre estás junto a mi y yo ni te lo agradezco.

—A ver… a ver… vamos a mi habitación y me cuentas qué anda rondando por esa cabecita tuya.

Las dos juntas fueron hasta el cuarto de la mujer mayor. Emily le hizo un gesto al guardaespaldas de su nieta, Piero, que podía ir tranquilo.

—Escuché lo que le dijiste a Alina— habló Alma, luego de unos interminables segundos.

—¿Entonces?— la animó a seguir hablando.

—Le has dicho que una madre por sus hijos es capaz de hacer todo. Mi madre no fue capaz de lucha por mi ni por Noah. No nos quería lo suficiente.

—No digas eso, tu madre… tu madre…

—Amaba más a papá de lo que nos amaba a nosotros— la chica sufría. Era pequeña cuando su madre había muerto, pero no era ingenua.

—No es verdad, tu madre tenías sus problemas, pero no dudes nunca que ella los amaba.

—Pero quería mas a papá— declaró— de otra manera ella aún estaría con nosotros. Debió haberse separado de papá y vivido feliz con nosotros.

—Yo amaba a mi hija y no hay un día en que no me arrepienta por no haber podido hacer nada por ayudarla. Pero de lo que no me arrepiento es de los frutos de esa relación. Tú y tu hermano son lo mas hermoso que pudo habernos dejado tu madre y tu padre. Estoy segura que ella estaría orgullosa de la mujer en la que te has convertido, como así también el buen hombre que es tu hermano.

—¿Por qué no luchó nosotros? Era hermosa, cualquier hombre se fijaría en ella. Podría haberse dado una segunda oportunidad con cualquier otro hombre, pero prefirió seguir encadenada a papá que no le traía nada bueno.

—Te voy a contar algo. Hace muchos años aprendí a aceptar que todo sucede por algo, que siempre nos espera algo mejor. ¿Estás melancólica porque te crié yo y no tu madre? ¿tan mal lo hice?— bromeó Emily. Quería ver una sonrisa en su nieta.

—Tu fuiste mejor madre que mi verdadera madre, lo siento, pero es verdad. Los recuerdos de ella son siempre rogando por atención a papá. Él no la quería ¿verdad?

—Eso… eso no te lo puedo contestar. Debes pensar que ahora te está cuidando, ven aquí.

Alma se acercó más y se encontró siendo abrazada por su abuela. Suspiró y la abrazó fuerte. Amaba a su abuela y no sabía cómo ésta iba a reaccionar cuando supiera que iba a decepcionarla con la noticia que le daría próximamente.

Rato después, Emily estaba inmiscuida en sus documentos. Escuchó un alboroto afuera y salió a ver qué sucedía.

—¡¿Dónde está?! ¡¿dónde está mi mujer?! ¡Alina! ¡vine por ti!— el sujeto gritaba y miraba hacia todos lados. Los hombres de seguridad lo estaban reteniendo a él y al hombre que lo acompañaba. Emily se apuró, no quería que su nieta escuchara nada de eso. Ahora tenía una nueva vida y este hombre parecía tan poderoso, abasallador… no permitiría que nadie la dañara de nuevo.

—¿Quién eres? ¿qué haces aquí? ¿qué buscas en mi nieta?— con eso, Emily notó que el hombre se enfureció aún mas.

—¿Nieta? ¿nieta? Alina no es su nieta. Ella es…— le tembló la voz— ella es MI esposa.

—¿Qué?— respondió una anonadada Emily. ¿Esposo? ¿Acaso su esposo no estaba muerto?

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