—Hola mami Darían se quedo toda la noche conmigo—.

—Sí eso parece ser—.

—No hagamos mucho ruido—. Le digo. —Vamos a darte una ducha—. El se levanta y vamos a al cuarto de baño.

Lo ducho, lo visto, se lava sus dientes y salimos. —Amor quédate aquí voy a preparar el desayuno—.

—Para los tres—. Asiento.

—Ya vengó—. Salgo de la habitación, bajo las gradas y voy a la cocina. —Buenos días—. Saludo a todas las mujeres que se encuentran en la cocina, son seis no sé por qué tantas, pero me imagino que no todas atienden la cocina.

—Buenos días luna—. Dicen tres, las otras solo me miran con desprecio. —Necesita algo—. Niego.

—No yo misma lo hago gracias—. Voy al gran refrigerador que hay aquí, vaya que Darían no se anda con cuentos todo lo quiere grande.

Saco los ingredientes para preparar el desayuno, exprimo algunas naranjas para hacer jugó, después de media hora tengo el desayuno listo.

—Que rico huele—. Dice Joseph entrando a la cocina. —¡Luna! que hace aquí—.

—Preparando mi desayuno, quiere