Por Emanuel
-Necesitamos hablar.
Le digo, buscando seriedad en mis palabras.
-Por supuesto que vamos a hablar.
Sus palabras sonaron amenazantes.
-Sol… te amo.
Le digo para suavizar la situación.
Ella no me respondió, volvió al baño y salió unos segundos después, detrás de Dante.
Mi hijo se vistió solo y se acostó.
Sol lo arropó y lo besuqueó por unos minutos.
-Hasta mañana cielo.
-Hasta mañana mami… me gusta mucho tener un papá y que Ema sea mi papá.
Me acerqué a él y lo estreché en mis brazos, realmente no me arrepiento de haber forzado la situación, ni de haberla espiado, ni de haber robado el envase para poder comprobar que Dante es mi hijo y poder luchar por él.
Ahora tengo que arreglar algunos temas con Sol, pero confío en que todo va a salir bien.
-Te quiero hijo.
Le dije con sinceridad.
-Yo a vos también.
-Buenas noches, mañana te llevo al colegio.
La sonrisa de Dante iluminó la habitación.
Sol le dejó una tenue luz y programó la tv para que se apagara en 15 minutos, me pareció