-No, quiero estar parada –refuté cruzándome de brazos, mi padre me miró unos segundos hasta que soltó un suspiro y se sentó en la mesa al lado de mi madre.
-Escucha, no sabemos quién te dejó en el templo –dijo-, solo llegaste con esos documentos y ese tatuaje en el pie, pero cuando comenzamos a averiguar, el investigador privado nos dijo que eras la hija de Edward Corleni y Monica Groban ambos eran cientificos que vivian en los suburbios de Santur…
Pestañé tantas veces que una lágrima se escapó de mis ojos y me apresuré a limpiarla con el reverso de mi camisa. Los suburbios de Santur era un lugar completamente destruido, de hecho, Keller me había llevado hasta allá diciendome: «este lugar me da tranquilidad», Keller sabía, él siempre lo supo, ¿qué pretendía conmigo?
-Murieron e