Capítulo 80.
— No deberías ser tan complaciente con ella amigo mío – expone César una vez que Amelia cierra la puerta.
— ¿A que te refieres César? – indaga con el ceño fruncido totalmente.
— A que parece que es capaz de manejarte como si fueras un muñeco de trapo – Bastián observa a su amigo con molestia.
— ¿En serio estas inmiscuyéndote en mi vida privada? – el aludido niega enérgico.
— ¡Claro que no! Me importa una m****a tu m*****a vida privada sabes que la mía es un desastre y no tengo intención de acomodarla, el problema es que me gusta tener todo controlado tanto como a ti y Amelia no se sujeta – no grita, pero su tono es firme, oscuro — no puedo cuidarte si ella va y comete errores porque estoy seguro que en este momento se encuentra maquinando como enterarse de lo que estamos diciendo, definitivamente es demasiado inteligente para mi gusto – lo aniquila con la mirada — ¿o no te diste cuenta que cedió solo hasta que le dijiste lo que harías? – Bastián se dirige hacia el sillón que está u