Mauricio
Ha pasado una semana desde que vi a Gabriela y me pregunto porque no ha venido a sus terapias, no creo que este muy ocupada con la universidad, puesto que la última vez que hablamos me dijo que había ganado la materia más difícil y por eso estaba tan contenta, pero su ausencia me está matando, y si no viene hoy al consultorio iré a visitarla.
—Buenas tardes doctor Mauricio —Escucho la voz de Gabriela mientras cierra la puerta del consultorio alegrándome por completo la tarde.
—Mi Gaby linda te estaba esperando y le brindo mi mano para saludarla.
— ¿Quiere que lo salude por cortesía o por gusto? —me pregunta dejándome la mano extendida.
— ¿Cómo así? ¿Ha pasado algo Gaby? —digo desconcertado.
—No ha pasado nada doctor, atiéndame y luego hablamos —contesta un poco seria acomodándose en la silla frente a mi escritorio.
—Yo creo que primero hay que dialogar, es muy importante por tu salud emocional –le explico.
— ¿No se acuerda que fue lo que me hizo? —pregunta con mirada matadora