Elvira asintió con una sonrisa agradecida, sabiendo que su amado entendía la importancia de mantener la autenticidad de la experiencia que habían planeado. Todos necesitaban detenerse y tomar un descanso.

—Mamá, ¿qué puede ser muy importante? —dijo César.

—¿Y esto no lo es, César? —Elvira miró a su hijo con seriedad y continuó—. Ayer te quemaron tu casa y estuvieron en serio peligro. ¿Sabes el susto que pasamos al ver ese helicóptero sobrevolar tu propiedad y los sonidos de los disparos? Por poco me da un infarto en lo que llegaron.

—Pero mamá, Bee…

—Bee que se espere, César. No sé ustedes, pero yo necesito sentir que mi vida es normal y segura en familia. Fueron momentos difíciles y estuvieron en peligro. Pero hoy, en este momento, necesitamos sentirnos seguros y disfrutar de la normalidad en familia. Necesitamos recordar que la vida está llena de momentos especiales y que debemos apreciarlos y valorarlos —dijo Elvira con firmeza.

—Tienes razón, mamá —dijo César bajando la