La librería para la que Morgan trabaja es muy famosa y acoge las presentaciones londinenses de
los más importantes escritores. Él no se pierde nunca ni una y, con los años, ha logrado reunir
una gran colección de libros firmados.
Sus colegas podrían hacer lo mismo. En cambio, prefieren gastarse el dinero necesario para la
compra de esos libros de otras formas. Como si una pizza, una cerveza o un paquete de
cigarrillos pudieran realmente valer más.
Morgan nunca sería capaz de tanta superficialidad. Es un chico distinto, ajeno a las excesivas
costumbres que regulan el mundo. Como buen estratega de las pequeñas cosas, ha aprendido a
escoger siempre con cuidado entre las miles de posibilidades que el destino le ofrece.
La mayor parte de sus colegas, por el contrario, encuentra más cómodo confiarse al azar. Vivir
sin esfuerzo, como ramas secas transportadas por la corriente.
Morgan no. Él siente la responsabilidad de ser plenamente él mismo en cada circunstancia: «No
existe viento favorabl