Terminamos de hacer las fotos y videos, cerca de las 10 de la noche. Sonders quedó maravillada y encantada con nuestro trabajo, incluso nos regaló a nosotras y a las otras modelos, vestidos, pantimedias, ropa interior, minifaldas y leggins, todos de su próximo lanzamiento. Quedamos encantadas y chillando de gusto.
Después de guardar los equipos, las pantallas, las luces, Alondra me miró fijamente a los ojos. Ya se habían ido las modelos y también Magdalena Sonders con su equipo de trabajo. Nosotras habíamos quedado solas en la locación.
-¿Qué ocurre contigo?-, me preguntó Alondra resoluta, con la frente estrujada. Me sorprendí.
-A mí, nada, ¿por qué?-, quedé embobada.
-Jamás te portas tan sexy, pero ahora te sentías la señorita más bella del planeta, por poco quemas hasta los paneles y las cámaras-, seguía ella con su naricita alzada.
-Me gustaron los vestidos, las pantimedias, los leggins, todo estaba delicioso-, mordí la lengua.
-¿Estás embarazada?-, me disparó finalm