Capítulo 41: La espontaneidad de Ava.
Ethan no podía quitarse la imagen de Ava y Arthur compartiendo risas. Cada vez que pensaba en ello, una extraña mezcla de celos y curiosidad lo invadía.
Mientras intentaba calmarse, un pensamiento aún más persistente comenzó a rondar su mente: ¿Qué había dicho Arthur que tan divertido había hecho reír a Ava de esa manera?
Decidió que debía preguntarlo. La inquietud que le carcomía el pecho no solo era celosa, sino también alimentada por una curiosidad insaciable, como si una parte de él necesitara conocer el origen de esa conexión tan inesperada entre ellos.
Ava, como si leyera sus pensamientos, se acercó a él. Esa cercanía solo aumentó la tensión en el aire, y Ethan sintió como si su mente estuviera atrapada en una maraña de inseguridades y celos. A pesar de los pensamientos que lo invadían, algo en él quería saber qué era tan especial entre ella y Arthur. Finalmente, se decidió a romper el hielo, aunque el tono de su voz intentara disimular la incomodidad.
—¿Qué fue tan gracioso?