En cuanto Fiona le cuentó lo sucedido, Lorena se acordó de lo que le contó Tiana.
Repasó el proyecto de Tiana.
Fiona no pudo evitar quejarse:
—¿Cómo se atreve a invitarme? Es ridículo, esta niña es una persona soñadora y quiere ascender con la ayuda de mi fama.
Lorena le calmó y Fiona colgó antes de que se tranquilizara.
Lo único que pudo hacer fue darle otra charla a José para convencer a Fiona.
Esa tarde.
Carlos llamó a Lorena y le pidió que fuera a la oficina.
Era la primera vez que era muy serio y formal.
Lorena llamó a la puerta y entró.
Sorprendentemente, vio a Mateo y Tiana en la oficina de Carlos.
Carlos tendió la mano para saludarla:
—Señora Suárez, bueno, ¿conoces al señor Muñoz?
—Por supuesto, ya nos conocemos una vez.
Lorena sonriendo, se acercó y se sentó frente a Carlos.
Tiana se colocó detrás de Mateo y no se sentó.
La boca de Mateo mantuvo una curva orgullosa:
—¡Esta Señora Suárez que invitaste es arrogante! Se negó a tomar algo conmigo, me desprecia mucho.
Carlos se ri