—Vosotros...
La cara de Bella se puso blanca de rabia y se desmayó al no poder respirar.
Susana entró en pánico y llamó a Juan al teléfono de Bella.
Se supo que Bella se había desmayado de rabia porque le habían robado un vestido.
Habló con una voz un poco más grave:
—Dale el teléfono al encargado de la tienda y hablaré con él.
El poder del Grupo López estaba tan entrelazado que nadie dejaría de dar la cara por Juan.
Susana lo expresó con cuidado:
—En realidad, no puedo culpar al encargado, ¿quién dejó que la persona que lo arrebató fuera señorita Suárez?
—Por lo menos ha sido nuera de la familia López, y no tiene modales para nada cuando se encuentra con su tía, y deja que su amiga la insulte, lo que me da rabia ver...
Juan se calló, frunciendo el ceño.
—Es ella...
Susana se apresuró a responder: —Sí, Juan ¡por qué no ayudas a la tía a recuperar su ropa!
Susana se moría de ganas de darle el teléfono al encargado de la tienda.
El tendero lo cogió con cuidado, y al principio se mostró m