Capítulo 52— Reencuentro familiar II
Narrador
—Entonces... —comenzó Elena mientras le ofrecía una copa de vino— dígame, señor Arias, ¿qué se siente ser el esposo de una mujer tan... particular como Nebra?
Seth aceptó la copa con una leve inclinación de cabeza y esbozó una sonrisa tranquila, de esas que ocultan más de lo que muestran.
—Es un honor, señora Elena. No cualquier hombre tiene la suerte de compartir su vida con una mujer tan fuerte, inteligente y leal como ella.
Elena entrecerró los ojos, como midiendo cada palabra que él soltaba, buscando la grieta por donde colarse.
—Vaya... Qué halagador. No esperaba menos de alguien como usted, pero... no me negará que Nebra tiene su carácter. Siempre fue un poco... rebelde. Una pena que no haya aprendido a mantenerse en su lugar.
Seth mantuvo la sonrisa, aunque su mirada se endureció apenas un poco, apenas lo justo.
—Permítame decirle que, para mí, esa rebeldía es una virtud. Creo que es precisamente eso lo que la hace tan extraordinari