••Narra Derek••
―Por supuesto que no.
―¿Lo intentó?
―No.
―¿Te dijo algo fuera de lugar?
―Que no.
―¿Alguna proposi…?
―¡Que no! ―gritó, frunciendo el ceño―. Y tú sabes perfectamente que no sería capaz de hacerlo. Solo estás buscando alguna excusa para lastimarlo y no sé porque.
―¿No sabes? ―hablé con los dientes apretados―. Ese hombre te desea, por más que se niegue a decírtelo. Te desea a ti, a mi esposa, a mi mujer. ¿Qué más razones necesito para querer lastimarlo? También puede contar el hecho de traerte hasta aquí a través de los conductos con tu brazo en ese estado.
―¡Yo le ordené que lo hiciera! No te puedes molestar con él por eso.
―Ay, ya lo sé ―dije con falso humor―. Créeme, también estoy molesto