Capítulo 153: Amiga al rescate.
Retrocedí lo más que pude, asegurándome que no viniera nadie por la carretera.
―¿Este sería un buen momento para hacer un chiste de: toc, toc, quién es?
Pisé el acelerador sin temor alguno.
Choqué contra la reja, sintiendo como todo el vehículo y mi propio cuerpo, temblaba. Logré tirarla, pero esta cayó sobre el parabrisas, quebrando el vidrio. Debo admitirlo, me asusté al punto que chillé, porque pensé que la reja terminaría dándome en la cara.
Una vez que el miedo salió de mi cuerpo, traté de avanzar, pero el auto se negaba, gracias a la reja desplomada.
―¡Maldita sea!
No tuve más remedio que salir del coche y caminar por el sendero, que por suerte, yo misma había despejado. Caminé con prisa y misteriosamente, no había ningún empleado afuera, listo para prohibirme la entrada.
Eso era sospechoso.
Fui hasta la puerta y como cualquier ser humano con decencia, toqué la puerta. Al tercer intento fallido, me harté. Recorrí los alrededores hasta que encontré una vent