Henry decide acompañar a su hermano hasta la oficina de Anciano Hadley, el cual se encuentra en este momento en una conveniente junta con el Consejo de tercer nivel.

Alan le dice a Saúl lo que pasó y lo que hará por enlace, y este le dice que se mantendrá en alerta.

—Lo siento, Alfa Alan, solo puede entrar el Consejero Henry. El Consejo está reunido —expone uno de los Guardias en la puerta.

—Está bien, él viene conmigo, Paul… —interviene Henry—. Lo traje porque es importante para la reunión…

El Guardia accede, pues Alfa Alan ni Henry son hombres de escándalos o problemas.

Una vez que están dentro de la oficina gigante, las cabezas de los Ancianos de Consejo se giran hacia ellos. Entonces Alan sin hablar ni perder tiempo, coloca la grabadora a todo volumen, y cuando la voz de Cameron resuena en la habitación, los rostros palidecen.

—Alfa Alan, ¿qué…? —Anciano Hadley hace una seña a los Guardias para que lo detengan pero el aura de Aslan se activa, obligándolos a retroceder.

“Quemó vivo