Por Antonella
Llegué hasta la dirección que me pasó Fabrizio, era en mi antiguo barrio.
Esperé dentro de mi auto.
Al ratito llegó Fabrizio y reconoció mi auto.
Se acercó a la ventanilla.
Bajé el vidrio.
-Hola.
Le digo sacándome los anteojos.
-Esto no es buena idea.
Me dijo por todo saludo.
-Podés negarte, poner cualquier excusa, sos el padre y tenés la patria potestad.
-Laura está entusiasmada y Nahi, también.
-No tiene porque salir mal, Alejandro es excelente actor y un maravilloso ser humano, la producción es cuidada.
-Anto, tu cercanía no la puedo manejar.
Me confiesa.
Yo tampoco.
Le estaba por decir.
Pero no valía la pena.
No llegaríamos a ningún lado.
En realidad sí…
Seríamos amantes.
Suspiro antes de contestar.
-Fabrizio, vos tenés pareja, la elegiste a ella.
No le quise decir eso, pero no lo pude evitar.
-¿Vos no estás en pareja?
Ok, recogió el guante.
No espera mi respuesta, creo que no quiere saberla, por si no le gusta lo que va a escuchar.
Termina de meter la cabeza por la