Hanah aún no podía creer que Ares le haya dado los día libre a la cocinera solo para que ella se tuviera que quedar en la cocina mientras él se pavoneaba de un lado a otro dentro de la villa. Que hombre tan arrogante y tan machista. pensó la joven.
_ Está listo el desayuno esposa mía_ dijo Ares entrando a la cocina en tono burlón_ Hace un día estupendo para nadar. No lo crees?
Hanah le echó una mirada asesina, mientras le servía el café y le colaba un plato en frente con algunas frutas tropicales en trozos y unas tostadas.
_ Y la mermelada?_ dijo él para provocarla.
_ Que edad tienes, cinco años_ le dijo la chica irritada.
_ Treinta y ... algo. porque estás tan huraña hoy?_ dijo él_ Estás en una isla paradisíaca, aprovecha el momento, dudo que tengas otra oportunidad.
_ Tan viejo?_ dijo Hanah para clavarle un puñal a su ego_ Donde tienes guardado el bastón anciano?
_ Tú, Hanah Marshall_ repuso él, levantándose y tomándola por los hombros_ Eres una jovencita impertinente, y desde luego