Hanna lo observó tragar convulsivamente. Sé sentía terriblemente impotente, rezaba por tener el coraje y la seguridad suficientes para cruzar el enorme abismo que, notaba, comenzaba a abrirse entre ellos dos. Sin embargo no podía hacer nada más que sentir la frustración. Si lo abrazaba destrozaria su frágil relación. Era demasiado orgulloso.
_ Hablaremos más tarde_ dijo Ares tratando de aparentar serenidad_ Necesitas estar a solas un rato para pensar.
Era él quien necesitaba estar solo, pensó la joven. interpretando las palabras de él sin ninguna dificultad. Iba a abandonarla. Eso era lo que tantas veces me había dicho. Ella se había mostrado justa, honesta, y razonable, lo que más que pudo y sin embargo Ares se alejaba más y más.
_ Dime algo. Hubieras preferido que gritara y nos peleamos?_ preguntó la joven.
_ Ya no hay nada más por qué pelearnos Hanna_ contestó Ares sinceramente_ Ya casi es medianoche, quisieras volver al salón?
_ No. Creo que voy a mi habitación, ve con tú amiga Da