Cristóbal Manckenzie
Escucho discusiones en la oficina de al lado que es dónde está Bárbara con su madre. Ya saben madre e hija discutiendo.
Salgo de mi oficina, necesito saber que tanto hablan pero la puerta de la oficina de Bárbara se abre y sale una Estela furiosa sin mirar a nadie.
Enseguida voy hacia Bárbara que está sentada en el mueble con la cabeza en su mano sollozando.
--¿Bárbara qué sucedió?-pregunto preocupado.
Ella se levanta de inmediato y me da la espalda. Respiro resignado, ya sé, no le gusta que la vean llorar o mejor aún no le gusta que la vean derrotada.
--¿Estela te hizo algo? ¿Cuéntame qué pasó? Puedes confiar en mí-le digo caminando hacia ella.
Se voltea y me abraza por el cuello, llega su cabeza al hueco entre mi cuello y hombro, y llora.
--¿Por qu&ea